¿CÓMO PODEMOS AYUDAR DESDE CASA A QUE NUESTROS HIJOS TENGAN ÉXITO EN EL “COLE”?


Niños en el aula

En bastantes ocasiones los padres nos planteamos qué debemos hacer o cómo debemos actuar para que nuestros hijos avancen desde el punto de vista educativo. Generalmente reflexionamos sobre aspectos pedagógicos “súper-complicados” y nos olvidamos de lo más sencillo, porque somos padres y como padres tenemos que actuar, no como profesionales de la educación.

EN PRIMER LUGAR debemos garantizar que desde el punto de vista físico nuestros hijos acudan al “cole” en las mejores condiciones.
Para conseguir este fin sólo tenemos que controlar tres parámetros:

  • ALIMENTACIÓN.

 Desayunar café con leche y tostada con mantequilla


Es cierto que es importante que las comidas se realicen en familia, que se siga una dieta equilibrada de tipo mediterráneo. Todo esto es muy importante para tener un buen estado de salud, que siempre facilita el aprendizaje.
No obstante, en esta ocasión, me gustaría incidir en la importancia del DESAYUNO. Para que el cerebro funcione se necesita que los niveles de azúcar en sangre sean los adecuados. Nuestros hijos son reticentes al desayuno, porque no se levantan con ganas, porque les lleva tiempo, porque tienen sueño…  Esto significa que llegan al colegio en ayunas prácticamente desde la cena. Son muchas horas sin que el organismo reciba el aporte que necesita para funcionar al 100%. Evidentemente, el organismo está funcionando, pero evita aquellas funciones que requieren esfuerzo sostenido, y entre ellas la atención, que es una de las condiciones básicas para que se produzca el aprendizaje.
Por tanto, instaurar en nuestros hijos el hábito de desayunar y proporcionarles un desayuno completo (que contenga al menos fruta, lácteos e hidratos de carbono)  es una forma eficaz y sencilla  de contribuir a que nuestros hijos tengan éxito escolar y también a  que crezcan sanos.


  • DESCANSO.
Despertador

Otro de los aspectos importantes que los padres estamos obligados a hacer es garantizar los períodos de descanso de los hijos.
Los niños en edad escolar deben dormir un mínimo de 9 horas para poder estar por las mañanas en óptimas condiciones. En caso contrario el organismo reacciona ahorrando energía, y en este ahorro de energía siempre se ven afectadas las funciones que no son vitales, fundamentalmente la atención y, por tanto, el aprendizaje.
En la sociedad actual los niños y adolescentes cuentan con múltiples distracciones, para ellos, mucho más atractivas que irse a la cama a dormir (televisión con programas infantiles y juveniles 24 horas, móviles, tablets…). Por tanto, el que se marchen a su habitación a una hora prudencial no nos garantiza que se vayan a dormir. Es nuestra obligación como padres gestionar el uso de estos elementos y que no interfieran o mermen las obligadas horas de descanso.


  • ACTIVIDAD FÍSICA.
Zapatillas de deporte

Otro aspecto que debemos potenciar los padres es la realización sistemática de algún tipo de actividad física, ya que:

·        Mejora la concentración.
·        Libera toxinas y quema energía.
·        Mejora el ritmo respiratorio.
·       Facilita el riego sanguíneo y, por tanto, la oxigenación del cerebro.

Esto en algunos hijos es fácil de conseguir porque les gusta, se les da bien y no tienen problemas en este sentido. Pero siempre nos encontramos con niños y con niñas a los que les cuesta mucho realizar cualquier tipo de ejercicio físico. En estos casos la solución no está en obligarles, sino en ayudarles a que encuentren una actividad física que les guste. A día de hoy hay opciones para todos los gustos y para todos los estados de forma física. Suele ser muy eficaz en estos casos que nosotros, como padres nos involucremos, les acompañemos y participemos con ellos compartiendo la afición por el tipo de actividad que hayamos elegido.

EL SEGUNDO ASPECTO que tenemos que tener en cuenta es el siguiente:

EVITARLES PREOCUPACIONES.

Miedo

Todos observamos que cuando tenemos un problema o una preocupación, no somos capaces de centrarnos en lo que estamos haciendo. Esto es nefasto para el aprendizaje, pues tenemos la mente en los problemas y no en lo que tenemos que aprender. Este aspecto tiene  una enorme repercusión sobre el rendimiento académico. En este sentido, como padres debemos procurar:
·  Que nuestras preocupaciones de adultos (de índole conyugal, económicas…) no trasciendan del ámbito de los adultos.
·      Estar atentos a los estados de ánimo de nuestros hijos, hablar con ellos para que nos cuenten sus problemas, sus inquietudes, que como niños las tienen, e intentar ayudarlos y tranquilizarlos.


Eduardo Gómez Arroyo
Orientador del EOEP Cáceres-1
                                                         

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