¡AL LORO CON EL WHATSAPP!


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Seguramente, todos los padres y madres que visitamos este blog contamos con la aplicación WhatsApp en nuestros teléfonos móviles. Un aplicación ciertamente útil, ya que nos permite estar en contacto en tiempo real con personas de nuestro entorno cercano (y lejano) sin necesidad de utilizar la llamada telefónica.
En algunos centros educativos de Educación Infantil y Primaria de nuestro sector de intervención se están llevando a cabo diversas actividades formativas con el objetivo de trabajar con los niños y niñas acerca de la correcta utilización de Internet, las redes sociales y, cómo no, esta novedosa herramienta. Pero... ¿utilizamos los padres el WhatsApp correctamente? O, mejor dicho, ¿cuándo estamos dejando de utilizarlo bien? 
Cuando lo utilizamos como sustituto de la comunicación personal: cuando dejamos de comunicarnos no solamente con la palabra, sino también con nuestros gestos, nuestra mirada, etc. Más de las dos terceras partes del contenido de un mensaje, según los expertos, va contenido en la comunicación no verbal, por lo que únicamente la utilización del texto empobrece mucho el mensaje.
Cuando dejamos de comunicarnos con las personas de nuestro entorno próximo, porque estamos más pendientes de lo que aparece en la pequeña pantalla de nuestros teléfonos que de lo que sucede a nuestro alrededor, en nuestra casa, en parques...
Cuando mostramos a nuestros hijos con nuestra conducta que somos incapaces de vivir "despegados" de nuestro móvil (¿nos quejaremos luego cuando ellos hagan lo mismo?).
Cuando nos incluimos en más grupos de Whatsapp de los que realmente podemos atender, con lo cual, cuando nos queremos dar cuenta, tenemos todo el día el teléfono "pitando", y pasamos de ser "usuarios" del teléfono a ser "esclavos".
Cuando, en los grupos de padres y madres que se crean en los colegios entre las familias de un mismo nivel, se incluyen datos personales de niños y niñas. Este último supuesto es de gran gravedad, ya que, además, estamos atentando contra el derecho a la intimidad de un menor de edad.
En conclusión... maneja Whatsapp, pero no dejes que "el wasap" te maneje a tí.       

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