El Árbol de la Vida es una metodología de trabajo que utiliza la metáfora del árbol como vehículo para entablar conversaciones con las personas acerca de sus logros, sus capacidades y sus intereses personales.
Se puede
realizar de forma individual o grupalmente. Aunque esta metodología nació a
finales de los años 80 del trabajo con niños y niñas que habían experimentado
situaciones de trauma, con el paso de los años ha comenzado a ampliar su campo
de aplicación a otros contextos, como el escolar.
El hecho
de utilizar la figura del árbol se debe a que es una figura fácilmente
reconocible para cualquier niño o niña; no obstante, puede cambiarse por
cualquier otra que para él o ella resulte más significativa o sencilla de
manejar.
Este
enfoque, proveniente de las Prácticas Narrativas, se desarrolla a través de preguntas.
La función del profesional, en este caso, consiste en reflexionar con los
niños/as con los que trabaja sobre su propio discurso, utilizando sus propias
palabras y expresiones. Se huye del papel de adulto/experto, partiendo de la
base de que cada niño/a es experto/a en su propia vida y es quien mejor se
conoce.
Por eso mismo, hemos decidido utilizar esta metodología en nuestro proyecto experimental "Tu cara me suena", y dentro de su primer bloque: Autoconocimiento.
A grandes rasgos, la actividad sigue los siguientes pasos:
PRIMERA PARTE: EL ÁRBOL DE LA VIDA.
1. Dibujo de la figura de un árbol por cada una de las personas participantes (el que libremente elija cada una).
2. Una vez que hemos dibujado nuestro árbol, pasamos a añadir contenido a cada una de las partes del mismo:
- Raíces: ¿De dónde soy? ¿De dónde proviene mi familia? ¿Qué personas me han enseñado las cosas que para mi son importantes ? ¿Cuál es mi lugar favorito de la casa? ¿Cuál es mi canción favorita?
- Tierra: Dónde vivo en el momento actual. Algunas de las actividades que hago habitualmente. Qué cosas son las que más me gusta hacer, con las que más disfruto.
- Tronco: Cuáles son mis valores. Cuáles son mis capacidades y habilidades: habilidades físicas, capacidades de cuidado o de relaciones, amabilidad, honestidad… Lo que cada uno/a considere como algo positivo que tienen, o que los demás le han dicho que tienen.
- Ramas: Nuestras esperanzas, sueños y deseos. Si pudieras pedir tres cosas que te gustaría que sucedieran, ¿Cuáles serían? ¿De dónde te viene este deseo?
- Hojas: Personas importantes para mí, estén vivas o hayan fallecido. ¿Por qué esta persona es importante para ti? ¿Quieres compartir algún momento importante que hayas vivido con esa persona? ¿Qué aprecia esa persona de ti?
- Frutos: Regalos que las personas te han dado. No tienen por qué ser regalos materiales, sino que pueden ser actos de amabilidad, cuidado, amor o algo similar. ¿Qué es lo que tú aportas a esas personas importantes? ¿En qué les ayudas?
SEGUNDA PARTE: EL BOSQUE DE LA VIDA.
En este segundo bloque, se conforma un “bosque” con todos los árboles que han realizado los/as niños/as en un lugar bien visible de la clase.
Una vez que se ha conformado, se trata de encontrar con los niños/as aquellos rasgos que nuestros árboles tienen en común, con la finalidad de crear los rasgos de identidad de nuestro bosque: ¿nuestros árboles comparten su tierra? ¿sus raíces son similares? ¿compartimos nuestros valores y nuestras habilidades? ¿y nuestros sueños y esperanzas? Así con todas sus partes.
¡Seguimos avanzando en nuestro proyecto "Tu cara me suena"!
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